
En la India, la influencia religiosa se puede ver en las calles, a través de sus edificios y su arquitectura, pero también encontramos numerosas esculturas y pinturas.
Cuatro religiones son originarias de la India: el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo. A las que se añaden el judaísmo, el cristianismo, el islam y el zorastrismo que coexisten desde hace muchos años.
Según un censo de 2001, la mayoría de la población (80%) es hinduista, es decir, 827 millones de fieles. Seguidos por los musulmanes (14%), los cristianos (2%), los sijistas, después los budistas, los zoroastristas, los judíos y los jainistas.
El hinduismo es un poco como la columna vertebral de la cultura india. La religión se basa en una serie de renacimientos o reencarnaciones que terminan con la salvación del alma, llamada Moksha. El hecho de tener un buen karma o hacer buenas acciones pueden llevar a la liberación de este ciclo.
Los 500 millones de adeptos del islam, la religion del profeta Mahoma basada en el Corán, hacen de la India una de las mayores naciones musulmanas del mundo.
El zoroastrismo es una de las primeras religiones que cree en un solo dios, omnipotente e invisible. Los muertos son dejados en las torres del silencio.
El jainismo tiene similitudes con el hinduismo, sobre todo por la presencia de la Moksha, que se alcanza haciendo voto de no violencia y con un respeto absoluto a cualquier forma de vida.
El sijismo es una mezcla de hinduismo e islam. La religión cree en un Dios único y se opone a la idolatría. Un hecho notable de su religión es no cortarse el cabello y mantenerlo en un turbante.
La Constitución del país hace de la India un país laico, que prohibe cualquier discriminación fundada en la religión y apela a la libertad de creencias. Pero en el derecho civil indio, se aplican algunas religiones como la Sharía o el derecho hindú. La vida religiosa es muy importante en la vida social de la India, incluso si, generalmente, los indios son tolerantes con las religiones de los demás, los matrimonios entre religiones son pocos y las tensiones entre comunidades, principalmente hindú y musulmana, siguen provocando revueltas y, a veces, incluso muertes. En 2003, un grupo islámico colocó una bomba en el centro de Bombay y mató a unas cincuenta personas. Los últimos atentados ocurrieron en 2006, cuando un triple bombardeo mató a 23 personas en Benarés, ciudad santa hindú. A tener en cuenta antes de cualquier viaje a la India.