Situada en mitad del desierto, en la región de Uarzazate, Ait Ben Haddou es un asombroso testimonio de una casba medieval y de la arquitectura tradicional del desierto, con sus casas de adobe y sus altas murallas protectoras. La ciudad parece completamente dormida o congelada en el tiempo y, aparte de algunas tiendas de recuerdos, cuesta creer que alguien siga viviendo allí. No es de extrañar que Hollywood la haya usado de decorado en numerosas películas, como Lawrence de Arabia o Gladiator.
Me detuve allí en la ruta entre Marrakech y el desierto, y he de reconocer que la ciudad es una parada obligatoria durante un viaje por Marruecos. Aunque no recomendaría pasar allí más de unas pocas horas: las infraestructuras son bastante limitadas y los alrededores no tienen mucho interés. Por último, la llegada de numerosos (demasiados) autobuses turísticos desvirtuó en parte la visita a esta magnífica ciudad histórica, en mi opinión.
Al pie de la alcazaba de Ait Ben Haddou, no podía evitar pensar que parecía un castillo de arena gigantesco. Ir a ver este monumento reconocido por la UNESCO es imprescindible durante una visita a Marruecos. Efectivamente, se trata de un edificio tradicional que se remonta a la época presahariana, en un excelente estado de conservación. Sin duda, la ciudad de adobe te impresionará tanto como a mí.
Está fabricado con materiales tradicionales de la región, por lo que el conjunto panorámico es perfectamente armonioso. Al llegar te ofrecerán completar la visita cruzando el río que hay al pie de la alcazaba, pero no de cualquier manera: ¡en burro! Los habitantes de Ait Ben Haddou te recibirán vestidos con sus túnicas de color azul claro, color asociado a la gente del desierto y al Sáhara meridional.
¡Disfruta de tu estancia!