Ciudad y yacimiento arqueológico incas , Ollantaytambo es un lugar donde merece la pena parar. Desde aquí se puede coger el tren para ir al Machu Picchu: en el camino, encontrarás paisajes que te dejarán sin aliento. Personalmente, yo recorrí esta ruta en minibús y en tren. Tanto uno como el otro son soberbios.
Los incas elegía las ciudades en las que instalar sus templos en función de los signos divinos asociados a estos lugares. Por ejemplo, en Ollantaytambo es posible ver en la ladera de la montaña, y de forma muy clara, una cara que destaca en la roca. Además de este detalle, podrás admirar un reloj de sol, un acueducto, hornacinas para depositar ídolos, los cimientos originales de casas de la época del imperio inca y mucho más.
Es uno de los yacimientos arqueológicos que más me ha gustado de todos los que tuve la ocasión de visitar durante mi estancia en esta región de Perú.
Me quedo con el recuerdo de un pueblo bastante tranquilo y relajante. Sólo me quedé una noche y el ambiente era de reposo total. Muy pocos turistas, si comparamos con Aguas Calientes o Cuzco. Pero muy malas infraestructuras, y los restaurantes sirven sólo hasta las 21h... Tenlo en cuenta para tus planes. Me recorrí todos los restaurantes del pueblo totalmente muerto de hambre
Salvando estos detalles, Ollantaytambo les encantará a los fans de la arquitectura antigua. La ciudadela inca que preside el pueblo está muy bien conservada. Se adivinan en ella las callejuelas estrechas, las casas... y está cargada de historia. La ciudad fue testigo de la derrota inca tras la colonización española.
Fui a Perú en 2013 y guardo un buen recuerdo de mi paso por el pueblo de Ollantaytambo. Llegué tras mi visita a Machu Picchu, y dudaba si pasar la noche en Ollantaytambo o volver directamente a Cusco. Al final me quedé una noche allí, y no lo lamenté porque Ollantaytambo todavía cuenta con restos del pasado inca. En realidad se trataba de una antigua fortaleza en la que tuvieron lugar numerosos conflictos, y disfruté mucho la visita con el guía. La visita de la fortaleza también te permite tener unas vistas preciosas del valle que lo rodea.
El pueblo es bastante pequeño, y lo vi muy tranquilo tras el alboroto de Machu Picchu. Recuerdo un agradable lugar en el que se han establecido varios restaurantes. Para salir de este lugar, podemos pasearnos por las callecitas del pueblo que están llenas de encanto.
También aproveché la visita a Ollantaytambo para pedir un guía y visitar las terrazas de sal "Salinas de Maras" y los antiguos cultivos agrícolas de "Moray" Esta visita de medio día vale la pena, ya que gracias a ella pude conocer lugares extraordinarios. En resumen, me encantó Ollantaytambo y aconsejo a todo viajero hacer una parada allí.