- Sus paisajes cautivadores que cambian con las estaciones. Los densos bosques de bambú, sus mares cristalinos, en Japón, los paisajes nos recuerdan las escenas de películas fantásticas.
- La gastronomía nipona. Desde las grandes ciudades hasta los restaurantes rurales, descubrirás una cocina variada, fresca y realmente deliciosa. Ramen, fideos de alforfón, postres de té verde y un largo etcétera.
- Las opciones de visitar al menos un lugar sagrado, como el templo Senso-ji.
- Pasear por lugares como la calle Takeshita, el distrito de Higashichaya, conocido como el barrio de las geishas, el castillo de Nijo, el castillo de Osaka o el santuario Meiji.
- Conocer durante tu visita a una población muy agradable y acogedora. Los japoneses hablan poco inglés, pero encuentran la manera de comunicarse con los turistas y servir de guía en su ciudad.
- Hacer una excursión a Nikko.
- Vivir experiencias únicas, como relajarse en un onsen privado en la azotea de un edificio, vestirse con un kimono tradicional, dormir en un café Manga o un hotel cápsula, etcétera.
- Navegar por el lago Ashi.
- Viajar en tren. Gracias al Japan Rail Pass, puedes disfrutar de una red ferroviaria muy densa para moverte de ciudad en ciudad, centrándote en el paisaje en lugar del volante.