Descubre el quetzal y las muchas aves que pueblan Costa Rica

Centroamérica es un paso natural a través del cual cruzan muchas aves de un hemisferio a otro. Si a ello le sumamos unos espacios naturales preservados, tenemos el cóctel ideal que explica por qué Costa Rica concentra una gran diversidad ornitológica en su territorio, con más de 800 especies diferentes.

Una de ellas, el quetzal, es tan hermosa que era considerada sagrada por las civilizaciones precolombinas. Puedes intentar avistarla en los bosques de Monteverde, en el parque Los Quetzales o en la región de Santos. Entre abril y mayo, período de reproducción de la especie, es más fácil verla. Contempla sus largas plumas irisadas, cuyos tonos verdes varían según la orientación de la luz. Es un espectáculo natural insólito y maravilloso.

El plumaje de los colibríes y guacamayos, otras aves simbólicas de Costa Rica, rebosa también color. En San Gerardo de Dota, un guía naturalista te ayudará a localizar tangarás, colibríes y pájaros carpinteros. El parque nacional Carara es famoso por sus guacamayos rojos, que se pueden observar fácilmente.

Las aves también se prodigan en las zonas húmedas, como pantanos, lagunas y manglares. Prueba de ello es el refugio natural de Caño Negro, que se considera de importancia internacional por el papel que desempeña como punto de acogida de las aves migratorias. En él recalan cormoranes, ibis, cigüeñas, jacanas y patos cuchara. La reserva de Maquenque, que bordea el río San Carlos, es otra de las opciones posibles.

Para maximizar tus posibilidades, solicita a tu agencia local colaboradora de Evaneos que te ponga en contacto con un guía especializado. Podrá acompañarte a las horas más favorables, proporcionarte prismáticos y darte todos los consejos necesarios para que observes estos hermosos ejemplares. La actividad está disponible durante todo el año.