
Al igual que en todos los países, hay ciertas obligaciones que debemos cumplir y ciertas instrucciones que hay que respetar para entrar y salir del territorio. Brasil es un país deseoso de preservar su riqueza natural y cultural, lo que implica algunas restricciones y prohibiciones.
Los ciudadanos franceses, belgas y suizos no necesitan visado si su estancia en Brasil va a ser inferior a tres meses. Sin embargo, deben estar en posesión de un pasaporte cuya validez supere en seis meses la fecha límite de su estancia en el país. En lo que respecta a los canadienses, estos deberán solicitar un visado turístico. Además, considera escanear y fotocopiar tus documentos importantes para conservar una copia en tu buzón y llevar una versión en papel contigo en todo momento; así podrás dejar los originales en lugar seguro.
Finalmente, te sugiero que revises tu seguro médico para ver si cubre la asistencia en el extranjero. De hecho, en Brasil, los servicios médicos son caros y sería preferible no tener que pagar una suma exorbitante por la asistencia.
Al igual que en muchos países, Brasil no hace excepciones: está prohibido introducir en el territorio frutas o verduras frescas, así como plantas y productos vegetales o lácteos. Las maletas no se revisan de forma sistemática y, envasados al vacío, los quesos pueden pasar desapercibidos, pero eso ya depende de si quieres arriesgarte.
Además, con el fin de conservar el equilibrio de su ecosistema, está prohibido introducir especies animales, especialmente aves.
Finalmente, existen límites a la importación de tabaco y alcohol. De hecho, no puedes exceder los 400 cigarrillos o 250 cigarros puros y los 2 litros de alcohol. Además, si viajas con dinero en efectivo, la cantidad no puede sobrepasar los 10 000 reales. Además de estas limitaciones, deberás hacer una declaración en la aduana.
Una vez en Brasil, hay que marcharse... Y, también en este caso, hay algunas normas que cumplir. Para proteger la biodiversidad brasileña, está prohibido sacar semillas del país y, más aún, llevarse productos fabricados a partir de especies amenazadas. Y, definitivamente, olvídate de animales salvajes como iguanas, papagayos, monos... ¡Te arriesgas a una multa de 1700 euros y un año de prisión! ¡Buen viaje a Brasil!