Marruecos en septiembre

Marruecos se puede descubrir durante todo el año, pero el mes de septiembre es perfecto porque tiene un toque especial. El calor sofocante del verano disminuye, dando paso a condiciones ideales para explorar los variados paisajes del país, desde el desierto hasta las montañas.
En septiembre en Marruecos podrás disfrutar de un ambiente más auténtico, lejos de las multitudes veraniegas, para pasear por las calles de Fez, hacer senderismo en las montañas del Atlas o disfrutar de pescado a la parrilla frente al océano en Esauira. También es un buen momento para participar en eventos locales, observar la vida cotidiana de los marroquíes y sorprenderse con la riqueza cultural de las tradiciones locales.

Durante el mes de septiembre, se disfruta por lo general de buen tiempo en Marruecos, con temperaturas que varían según las regiones. En las ciudades costeras como Esauira, Agadir o Tánger, las temperaturas diurnas oscilan entre 20 y 28 grados, con cielos despejados y una brisa marina que suaviza el aire. En Tánger, las mañanas son suaves y las noches son muy agradables, ideales para pasear por el paseo marítimo o visitar la medina sin un calor excesivo.
En Marrakech o en el interior del país, las temperaturas alcanzan fácilmente los 30 a 35 grados durante el día, aunque descienden por la noche. En las montañas del Atlas, el aire es más fresco, especialmente por la mañana y al final del día, con máximas de 20 a 25 grados. Las precipitaciones son escasas, pero es mejor llevar una chaqueta ligera para las variaciones de temperatura si se viaja a zonas elevadas o para hacer senderismo.

En septiembre, hay muchas opciones para explorar Marruecos. Cada región revela un rostro diferente según los gustos. Si se busca la costa, Agadir y Esauira ofrecen un clima suave, playas tranquilas y la posibilidad de practicar surf o paddle surf en un ambiente relajado. Para los amantes de la naturaleza, se puede hacer senderismo en el Alto Atlas, entre pueblos bereberes y valles verdes aún floridos después del verano.
En cuanto a la cultura, Marrakech y Fez son imprescindibles: te puedes perder entre las bulliciosas medinas, palacios, zocos y artesanías ancestrales. Y para una experiencia sahariana única, dirígete al sur hacia Merzouga y las dunas de Erg Chebbi, donde el desierto recupera temperaturas soportables en esta época del año.

Para un circuito memorable por Marruecos en septiembre, se comienza por Marrakech, entre los colores de la medina, los aromas de las especias en la plaza Jemaa el-Fna y la serenidad de los jardines de Majorelle. Luego, puedes dirigirte al valle de Ourika, a una hora en coche, para una excursión a las cascadas y hacer una parada en un pueblo bereber.
Después, continúa hacia Uarzazat, puerta del desierto del Sáhara, con sus kasbahs de adobe y sus estudios de cine al aire libre. Tras una noche bajo las estrellas en el corazón del desierto de Merzouga, descubre las dunas de Erg Chebbi, bañadas por la luz al amanecer. Luego pon rumbo a Fez, donde se puede pasear por una de las medinas más antiguas del mundo, entre mezquitas, fondouks y zocos tradicionales. Finalmente, termina en Esauira, acunado por la frescura del Atlántico y el ambiente artístico de la ciudad blanca.
Este itinerario es solo un ejemplo entre muchos otros. Puedes crear tu propio viaje a medida con nuestras agencias locales e hispanohablantes, para así vivir Marruecos en septiembre de manera auténtica.

En septiembre puedes disfrutar de un clima agradable y de un ambiente más tranquilo para vivir unas vacaciones en familia en Marruecos, con actividades en interiores y al aire libre pensadas tanto para pequeños como para mayores. En Marrakech en septiembre se pueden explorar los jardines de Majorelle, luego participar en un taller de cocina marroquí o alfarería, donde los niños aprenden a preparar un tayín o a modelar arcilla.
En la costa, cerca de Esauira, puedes aprender surf o paddle surf, entre castillos de arena en la playa, todo en un entorno acariciado por la brisa atlántica. Para una pausa en la naturaleza, se puede hacer senderismo en el Alto Atlas, donde a veces se encuentran monos de Berbería mientras se descubre la vida sencilla de los pueblos bereberes. Y para despertar la curiosidad de toda la familia, nada como una visita a un zoco local, entre especias, cestas de mimbre y el curioso olor a cuero y menta.

Para un viaje a Marruecos en septiembre, es recomendable vestirse teniendo en cuenta tanto el clima como las tradiciones locales. Se recomienda llevar ropa ligera y transpirable, de algodón o lino, perfectas para soportar el calor durante el día, especialmente en el sur. Las mangas cortas y los pantalones anchos son ideales para estar cómodo sin exponerse demasiado. Igualmente, se recomienda llevar protector solar y unas gafas de sol.
Por la noche, especialmente en las montañas del Atlas o el desierto, las temperaturas pueden bajar: es mejor llevar un jersey o una chaqueta ligera en la maleta. Por respeto a las costumbres marroquíes, es importante cubrir los hombros y las rodillas, especialmente en zonas rurales o durante las visitas a mezquitas y lugares religiosos.
Si planeas refrescarte en la playa en Esauira, en un riad con piscina o en un hammam, no olvides el bañador. Finalmente, un par de zapatos cómodos es indispensable para recorrer las medinas y las calles empedradas de las ciudades imperiales.